La Matanza y los menús de invierno

En invierno, cuando los rigores climáticos se hacen extremos, tiene lugar uno de los ritos más arraigados en la tradición salmantina: La matanza del cerdo.

Para conmemorar los tiempos en los que este ritual gastronómico era una fiesta, se celebran las Jornadas de la Matanza, con especial importancia en Guijuelo, cuna del embutido y del cerdo ibérico.

Declarada como Fiesta de Interés Turístico Regional, las jornadas matanceras son un hervidero de gente, acopio de personajes famosos que se dejan caer por la capital del ibérico para tomar los honores de los viejos oficios.

La recreación de la muerte, despiece y transformación del cerdo suponen una celebración única que traslada al visitante a otros tiempos, no tan lejanos, en los que la matanza del marrano era casi un acto sagrado.

Otras localidades de la provincia celebran también su fiesta de la matanza, por lo que existe un circuito de celebraciones de diciembre a marzo en 25 localidades en las que uniendo tradición y gastronomía y aportando su particular modo de desarrollar esta tradición salmantina se celebra este ritual que tiene como protagonista al cerdo.

De la mano de un maestro de ceremonias, se contemplan las faenas típicas de la matanza, la selección de carnes y la preparación y elaboración de embutidos, así como ser testigos de la indumentaria y los utensilios tradicionales empleados en este ritual que ha pasado de generación en generación. Además, se ofrecen degustaciones de los productos derivados de esta tradición, así como dulces locales de la provincia de Salamanca, entre los que se encuentran las perrunillas, unas pastas hechas a base de manteca, harina y almendras.

El invierno es también una estación excelente para sucumbir a la tentación de un buen plato de cuchara a base de Lentejas de La Armuña o garbanzos de Pedrosillo, con Indicación Geográfica Protegida.