Artesonados y retablos
En numerosas localidades de Salamanca, los templos parroquiales, ermitas y conventos esconden auténticos tesoros artísticos. Sencillos y austeros por fuera, en su interior brillan dos elementos: las cubiertas y los retablos.
Con el fin de agilizar el peso, las cubiertas de crucería gótica dejan paso a otras de madera, predominando las del mudéjar. Los llamados “artesonados” son en realidad complejas armaduras de madera con forma de artesa invertida. Se adaptaban a las naves o a las bóvedas, utilizando diversas formas geométricas.
Uno de los más bellos ejemplos se encuentra en la iglesia parroquial de Macotera, sin olvidar otros como los de Cantaracillo, Cantalpino, Villoria, Rágama, Zorita de la Frontera, Tordillos o Alba de Tormes.
En cuanto a los retablos que rematan las cabeceras y las capillas, cabe mencionar por su espectacularidad los de Santiago de la Puebla -obra de Diego de Siloé-, o Fuenteguinaldo -de Lucas Mitata-. También impresionan los que adornan las denominadas "catedrales" de La Armuña: Palencia de Negrilla, Villares de la Reina y Villaverde de Guareña.