Como escultores de siglos, el río Duero y sus afluentes han ido tallando pacientemente los macizos graníticos de Las Arribes; el resultado final es uno de los paisajes más espectaculares de toda España.
En la esquina noroeste limítrofe con Portugal el río Duero y sus afluentes han formado la red de cañones fluviales más extensa de la península. Aprovechando estos acusados desniveles han surgido formidables presas: Almendra, Aldeadávila y Saucelle.
El torreón de Sobradillo, donde se encuentra hoy día la Casa del Parque Natural de Arribes del Duero, fue mandado construir, en el siglo XV, por Alfonso de Ocampo. Formó parte del castillo ubicado en la línea defensiva frente a Portugal.
En estaciones de aguas abundantes resulta imprescindible la visita al Pozo de Los Humos. Esta cascada, la más afamada del Oeste salmantino, se encuentra entre las localidades de Pereña de la Ribera y Masueco.
En la esquina noroccidental, el río Duero y sus afluentes han excavado una sorprendente sucesión de cañones, sobre los que se han levantado espectaculares presas y saltos hidroeléctricos.