Desde la villa de Ledesma y hacia el noroeste, la meseta se quiebra en uno de los paisajes más espectaculares de toda España. Son Las Arribes, un territorio donde se aúna una impresionante naturaleza con la historia y las tradiciones populares.

En este privilegiado espacio, declarado en gran parte parque natural, el río Duero y sus afluentes han tallado una red de cañones de más 100 kilómetros de longitud, sobre los que se han levantado las impresionantes presas de Almendra, Aldeadávila y Saucelle. En el recorrido, estratégicos miradores ofrecen visiones únicas del territorio. También llaman la atención algunos saltos naturales de agua, como el Pozo de los Humos o el Cachón de Camaces.

Estas tierras fueron pobladas desde antiguo, dando fe de ello la concentración de castros vetones: Yecla de Yeltes, Las Merchanas -en Lumbrales- y Saldeana. Es el conocido como Territorio Vetón. Asimismo, el rico patrimonio es patente en el conjunto histórico de San Felices de los Gallegos y en el torreón de Sobradillo.

No se pueden abandonar Las Arribes sin saborear sus apreciados vinos, con denominación de origen, o sus quesos de oveja, también con marca de garantía; o sorprenderse con los cañones a ras del agua, dando un paseo en barco. Las populares fiestas del toro llenan de bullicio y emoción los pueblos arribeños en la época veraniega.